Emmanuel Leyva

Emmanuel Leyva, compositor de “A la casa del Rey”, una de las canciones de la bso de “En otro lugar”: “Me inspira muchísimo pensar cómo la gente puede conectarse con su fuente de vida”

Emmanuel Leyva, compositor de “A la casa del Rey”, una de las canciones de la bso de “En otro lugar”: “Me inspira muchísimo pensar cómo la gente puede conectarse con su fuente de vida”

 

Emmanuel Leyva tiene 21 años y toda una carrera por delante. Batería en sus inicios para la iglesia a la que asistía desde niño y que fue, según cuenta, su mayor preparación en lo que a música respecta, el joven mexicano aprendió por cuenta propia a tocar la guitarra, el piano y a manejar su voz antes de ingresar en Ingenería de Audio. Aunque no llegó a terminarla, fue allí donde descubrió su pasión por la producción musical. Fue aquel hallazgo el que terminó trayéndolo a España, a la Escuela Universitaria de Artes TAI, donde cursó el Master en Producción Musical. A la casa del Rey, compuesto junto a David Loyola, es el primer tema que publica ya se ha convertido en todo un éxito al formar parte de la banda sonora de En otro lugar. 

 

¿Qué te inspiró para crear A la casa del Rey?

Me inspira muchísimo pensar cómo la gente puede conectarse con su fuente de vida. Por eso quería componer algo para que esas personas pudieran expresarse cuando no encuentran las palabras o las formas. Me encanta saber que puedo ser un medio que les puede ayudar. La fuente de vida que yo he encontrado a lo largo de mis años es Dios. Mucha gente se ha desconectado de esta idea, se preguntan: ¿qué será de la vida? ¿habrá alguien, un Dios que creó el universo? Con esta canción quiero que conecten con ese Dios que todos nos hemos preguntado si existe o no. Tiene como propósito alcanzar a personas que conocen, que conocieron o que están por conocer a Dios, porque habla de lo que Él está haciendo en nosotros: que nos ama, que es un Padre.

 

No es muy común que los artistas expresen sin tapujos sus creencias religiosas. ¿En algún momento dudaste sobre si llevar a cabo este proyecto o lo tuviste muy claro desde el principio?

Fue muy difícil para mí. Llegué a España, que es un país con una cultura diferente, y aun estando dentro de la industria, donde todos tenemos la misma visión, me topé con muchas barreras. Hubo mucha gente —amigos, profesores— que ponía en duda la canción, la letra. Hizo falta cambiar ciertas palabras que aquí no se usan, se tuvo que modificar un poco, tuve que estar abierto a eso. Pero, realmente, donde más barreras me encontré fue en el tema religión. Mucha gente no veía tan claro como yo que funcionara la canción, porque era cristiana y hablaba de Dios. Eso fue un obstáculo para mí, conmigo mismo, el decidir si iba a funcionar o no, si tenía que componer otra cosa o perseverar en esto, hasta el punto de preguntarme si debería o no seguir trabajando en la canción. Me preguntaba si igual no iba a lograr nada con ella. De hecho, mi primer impedimento fui yo. El dudar. El decir: no sé si soy capaz, tengo que superarme, tengo que lograrlo, hacerlo mejor, esto no me gusta, etc. Pero, a fin de cuentas, me encanta saber que lo que hago no es solamente por mí, sino por mucha más gente, para inspirar a otra gente. Me encanta tener la posición de saber que algo puede florecer perseverando.

 

“Me encanta tener la posición de saber que algo puede florecer perseverando”

 

Entonces, ¿compusiste A la casa del Rey pensando ya en la película o fue un proyecto personal?

Fue un proyecto personal, ya la tenía desde hace un año escrita y planteada. Vi que era el momento de poder trabajarla, de poder explorar con la canción. Y se fueron descubriendo ideas, cambié estrofas, cambié el puente, etc.

 

¿Cuáles eran tus planes para ella? ¿Darle difusión aquí, en España, o allí, en México?

Si una persona puede conectarse con su fuente de vida, que en este caso es Dios, para mí eso ya es un logro. No buscaba que la canción se hiciera viral o que tuviera éxito, que fuera un hit a nivel nacional. A mí me impulsaba la idea de que alguna persona la escuchara, que realmente conectase y que dijera: guau, tengo que volver a la casa del Rey. Esa era mi inspiración. No esperaba que ninguna oportunidad fuera a salir de ella. Y en cuanto al lugar, en realidad la lanzamos aquí, en España. Yo tenía pensado algo a nivel de estilo que funcionaría para México. Pero, claro, al estar en España se tuvo que cambiar por algo más pop, que encajase mejor aquí. Tenía relaciones y amistades que podían producir algo, dentro de mi Iglesia también y ese algo encajaba mejor aquí que en México.

 

“A mí me impulsaba la idea de que alguna persona la escuchara, que realmente conectase y que dijera: guau, tengo que volver a la casa del Rey”

 

¿Con quién has trabajado en el tema?

Con un compañero que se llama David Loyola. Nos sentamos a hacer la maqueta, a decidir qué queríamos y él fue el que me ayudó a darle la forma que tiene ahora. A cambiarla. Yo tenía un género mucho más como balada, rollo evangélico y fue David quien sugirió llevarlo para otro lado. Me gustó la idea y empezamos a trabajar toda la canción en su casa para después grabar en TAI, con los profesores y con músicos.

¿Crees que, por su temática, la canción solo va a calar en cierta parte de la población o que, incluso, que pueda causar rechazo en otra parte? ¿Esto te importa o tu intención era justamente llegar a ese público que ahora mismo puede sentirse tan reacio?

Para mí, la gente que ya está involucrada en lo que yo llamo como “Iglesia”, ya está ahí dentro. Puede escuchar muchas canciones acerca de Dios. Pero A la casa del Rey pretende abarcar a esa población que realmente no tiene una convicción o que la ha tenido pero la ha soltado. No va dirigido a un público que ya esté dentro de la Iglesia, sino a un público que no ha encontrado cómo saciarse y se pregunta: qué me puede llenar, adónde me está llevando la vida. De hecho, hay gente no cristiana que me ha dicho que la canción le conmueve, que han pensado que es una bonita historia. Eso es lo que es: una historia basada en un párrafo de la Biblia, pero que se disfraza un poco para que pueda ser escuchada por personas que no vean la parte religiosa, sino una historia de amor entre un padre y un hijo.

 

“La canción es una historia basada en un párrafo de la Biblia, que se disfraza un poco para que pueda ser escuchada por personas que no vean la parte religiosa, sino una historia de amor entre un padre y un hijo”

 

¿En qué pasaje de la Biblia está basado?

Es la parábola del hijo pródigo. Habla de cómo a un hijo le es dada toda su herencia, de cómo conoce la recompensa que su padre le puede dar y de que, incluso fallando o no sabiendo administrar los bienes que la vida le da, regresa y ese padre lo vuelve a abrazar. Y lo ama. No por lo que él hace, sino por lo que él es. Esta historia a mí me conmueve. También pensando en el ámbito de la pandemia, muchas personas estaban preguntándose por qué ocurren este tipo de cosas si de verdad hay un Dios; si existe un bien, por qué hay tanta gente encerrada, tanta muerte. Yo creo que en este tiempo es importante saber que existe un Padre que nos ama por quienes somos y no por lo que hacemos.

 

¿Qué ha supuesto para ti que ATM Producciones haya apostado por tu canción para poner banda sonora a la película?

Muchísimo. Qué maravilla que una productora haya arriesgado por ella. Hubo un esfuerzo detrás de la canción que está floreciendo ahora, que está dando fruto. No por mí, sino porque es una oportunidad de que la gente pueda escucharla y se puedan conectar. Me encanta saber que el arte también se está uniendo. La música va de la mano de la película, encaja muy bien. A la casa del Rey no estaba incluida originalmente en la banda sonora, pero Manuel Álvarez, productor ejecutivo de la cinta, la escuchó y realmente le conmovió. Dijo: esta canción me gusta para la película. Yo creo que no es casualidad. Estoy muy agradecido con que la productora haya considerado tan bien una canción religiosa para una película no religiosa. Que no se cierren a eso. Me siento privilegiado de poder decir que la primera canción que saco ha tenido esta oportunidad.

 

“Estoy muy agradecido con que la productora haya considerado tan bien una canción religiosa para una película no religiosa”

 

¿Y cómo ha sido el proceso de incluir la canción en la película?

He estado en España una semana. Primero fui con el productor, Antonio Escobar, el primer día que llegué a Madrid, nos encontramos directamente, no fui al hotel ni a comer ni nada. Él me felicitó porque la canción le parecía un buen proyecto. Pensaba que no había que cambiar mucho. Me dijo: vamos a recrearlo todo, a ponerle un poco de matiz en ciertos aspectos que necesita y ya está. No tardamos más de dos horas. También me ha dado siempre el derecho de opinar: qué te parece esto, qué te parece lo otro, etc. Estoy muy agradecido porque haya querido respetar lo que un artista trae, lo que un artista ha querido proyectar. Que me haya dado voz es muy importante para mí. De lo que más he disfrutado ha sido de conocer a la gente, en realidad. A este productor, su estudio, otras personas que están en el medio artístico y que me animan a involucrarme más allá de un interés propio o de una ganancia económica, porque conocer gente a la que le inspira trabajar y luchar por sus sueños para mí está genial.

 

¿Antes de lanzar este proyecto, entonces, estudiaste en TAI?

Cursé el Máster en Producción Musical en el curso 2020-2021. Me aportó muchísimo aprender cómo es la vida de los productores, porque lo que TAI ofrece es ir trabajando mano a mano con los profesores que muchos son productores. Estar día a día con ellos en el estudio, grabar, mezclar, etc. Más allá de un conocimiento teórico, te equipa con una experiencia tangible, con un conocimiento práctico. Recomiendo TAI muchísimo en ese  aspecto: visitas estudios, conoces a los productores, ves su forma de trabajar, estás presente, experimentando, pensando como piensan ellos. Es la mejor forma de aprender. Aprendí muchísimo sobre grabación, sobre temas de mezcla y de mastering.

 

Por último, ¿crees que hay un sello, una característica común que define a los alumnos que estudian en TAI — a los profesionales en los que terminan convirtiéndose?

Yo veo mucho que el sello TAI es que te exponen a lo que va a ser tu día a día. Te dejan batallar con lo que vas a batallar, estar en un lugar donde va a ser tu carrera, donde vas a estar realmente. Te impulsa. Los profesores están muy abiertos a que los puedas contactar. TAI se caracteriza por darte relaciones para el día de mañana. No solo conocimientos, sino que te prepara y te ofrece relaciones.

 

Puedes escuchar la canción A la casa del rey en Spotify.